Los filtros de osmosis se encargan de eliminar todas las impurezas que puede contener el agua del grifo.  A pesar de que el agua que tenemos en nuestros hogares es de buena calidad, existen otros elementos y partículas que pueden afectar a su sabor. Las máquinas de osmosis inversa garantizan la obtención de un agua completamente depurada.

Sustancias como el cloro, cal, metales pesados, sales minerales u otras partículas que pueden pasar al agua a través del sistema de cañerías o en las propias infraestructuras. Para garantizar las óptimas garantías del agua que consumimos en casa es fundamental recurrir a este tipo de tratamientos.

Los sistemas de osmosis inversa utilizan una batería de filtros y una membrana que consiguen depurar todas estas sustancias, que pueden llegar a ser perjudiciales. El resultado será un agua completamente limpia y desinfectada, con un sabor muy similar al agua embotellada. La principal diferencia es que este sistema resulta mucho más cómodo y económico que la compra de garrafas de agua.

 Cómo funcionan los filtros de osmosis

Los equipos de osmosis incorporan cuatro o cinco filtros en su mecanismo y una membrana semipermeable. Cada uno de estos filtros tiene una función específica dentro del proceso de purificación del agua.

Los tres primeros filtros son los llamados “prefiltros” encargados de limpiar el agua antes de llegar a la membrana. Y el resto funcionan como sistema “postfiltro” que finaliza el tratamiento depurando de nuevo el agua osmotizada.

 Prefiltros de carbón activo

Los tres prefiltros de carbón activo granular (GAC) se encargan de eliminar las sustancias que pueden dañar la membrana de osmosis, garantizando así el óptimo mantenimiento del sistema. El cloro o los componentes de mayor tamaño pueden llegar a taponar el equipo, pero gracias a los microporos de los filtros, se consiguen retener todos estos elementos.

Cualquier sustancia que supere las 5 micras de tamaño será atrapada por los prefiltros. Eso sí, para evitar obstrucciones que puedan dañar el equipo, se recomienda cambiar estos filtros con regularidad.

Membrana de osmosis

La membrana está compuesta por diversas capas poliméricas de filtrado que nos permiten obtener el agua osmotizada. El conducto central de este sistema atrapa todas las sustancias sólidas en suspensión que están presentes en el agua. Se trata de un proceso que suele ser lento, por lo que estos equipos cuentan con un depósito donde se acumula el agua osmotizada lista para consumir.

Postfiltro de carbón activo

Tras pasar por la membrana, el agua osmotizada debe someterse de nuevo a otro proceso de filtración. El objetivo es eliminar completamente cualquier tipo de impureza que pueda influir en el sabor o en el olor del agua. Pero también existe la posibilidad de instalar otros filtros que permiten regular el PH y remineralizar el agua, devolviéndole todas las sustancias minerales perdidas en el filtrado.

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