El agua del grifo
No es muy popular entre cerca de la mitad de la población ya que según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 40% de los ciudadanos no bebe agua del grifo. No obstante, en algunas autonomías, como por ejemplo: Madrid, muchos de sus habitantes presumen de la calidad del agua corriente de este territorio.
El estudio
La propia OCU lanzó en el 2014 un estudio donde analizaba la calidad de las aguas corrientes en España. Para ello, tomaron 62 muestras a lo largo y ancho del país y en la mayoría de los casos los resultados fueron satisfactorios. Este análisis empleó las palabras “muy buena”, “buena”, “aceptable” y “mala” para catalogar las muestras de agua obtenidas en las diferentes poblaciones.
Primeros puestos
Burgos, San Sebastián y Las Palmas colman los tres primeros puestos de la lista ya que sobresalen en la mayoría de los criterios tenidos en cuenta en el estudio. Un poco más abajo, en el octavo lugar podemos encontrar a Madrid y en el siguiente puesto aparece la primera ciudad catalana del ranking, Tarragona. Cierran la lista de las “muy buenas” Ávila, Cuenca y Murcia.
Lleida
El caso de este territorio es bastante particular ya que aparece en más de una ocasión en el listado. La primera vez que entra en escena es con el municipio de Alfarràs, ya que la muestra obtenida en esta localidad se encuentra en el puesto número 26 del listado y en la séptima posición entre las aguas “buenas”. Un poco más abajo, en la posición número 37 encontramos a Lleida ciudad, en la parte media alta de las “buenas”.
Últimas posiciones
En la otra cara de la moneda, entre las muestras tachadas de “malas” por tener alguna deficiencia, según este estudio, podemos encontrar a Palma de Mallorca, Huelva, Barcelona, Arándiga, Logroño, Ciudad Real y Lebanza, en Palencia. El análisis apunta a que en el caso de la capital balear se encontraron nitratos, en Ciudad Real se detectaron triahalometanos, unos compuestos orgánicos volátiles que se generan durante el proceso de potabilización del agua. Por otra parte, el recuento de indicadores de contaminación fue alto en Huelva, Barcelona, Arándiga, Logroño y Lebanza.
Criterio
Para clasificar el agua de cada territorio la OCU tuvo en cuenta siete factores: -El precio: gasto medio de un hogar. –Mineralización: volumen de minerales que contiene el agua. –Metales: análisis de si hay rastro de metales naturales o de las tuberías. –Trihalomentanos: en grandes concentraciones no es recomendable. –Plaguicidas: se examina si hay componentes empleados en cultivos. –Turbidez: estudio de si el agua contiene elementos que afecten a su translucidez. – Microbiologia: análisis de si existen patógenos y del cómputo de diferentes indicadores de riesgo.
Conclusiones
En contra de la creencia popular, en los municipios de tamaños pequeños y medianos existen más problemas de calidad debido a que los sistemas de distribución y tratamiento acostumbran a tener recursos más limitados. Además, en la gran mayoría de localidades podemos decir que tenemos agua de cierta calidad. Por último, el agua del grifo sigue siendo una mejor opción que la embotellada debido a que esta última es más cara y genera más cantidad de residuos.