La osmosis inversa es un proceso imprescindible para purificar agua y hacerla apta para el consumo humano. Sin embargo, para entender por completo este concepto es necesario explicar en qué consiste la osmosis en sí misma. En resumidas cuentas, es posible decir que este es un proceso que busca el equilibrio cuando dos fluidos con diferentes concentraciones de sólidos disueltos entran en contacto. De hecho, cuando esto sucede, ambos se mezclarán hasta que el todo sea uniforme. Pero, si se separan por una membrana permeable, es decir, que permite el paso de los fluidos, el que tenga menor concentración de sólidos será el que pase al de mayor.
Una vez dicho esto resulta más fácil comprender el porqué ha de llevarse a cabo el proceso contrario, es decir, la osmosis inversa. Con el objetivo de forzar al agua con mayor concentración de sólidos a pasar a la corriente de agua que posee la menor es necesario realizar una presurización a un valor más alto que el de la propia presión osmótica. De esta forma, dichos sólidos se concentrarán aún más.
En este proceso pueden eliminarse entre el 80 y el 90% de los agentes sólidos que tienen cabida en el agua y, por ello, el resultado es un agua muy recomendable tanto para beber como para cocinar. Además, permite que los riñones tengan que esforzarse menos para eliminar los líquidos y reduce a su mínima expresión el riesgo de desarrollar cálculos en ellos que propicien cólicos nefríticos. Por esta razón también se dice que el agua obtenida mediante un proceso de osmosis inversa es diurética y con un residuo seco inferior a 50 mg/L.
Las máquinas que permiten obtener agua osmotizada mediante este proceso, que sean de calidad de fabricación media - alta como mínimo, se rentabilizan rápidamente. Esto se debe, fundamentalmente, a que basta con introducir agua del grifo en ellas y esperar a que la purifiquen. Por tanto, el usuario evita tener que ir al supermercado a comprar agua embotellada para después cargarla y almacenarla en su hogar. Sin lugar a dudas, una tarea costosa que, incluso, puede llegar a provocar lesiones al tener que manipular cargas pesadas. También hay que tener en cuenta que en el mercado, nos encontramos distintas aguas embotelladas de calidades muy diversas.
Por si todo esto pudiese parecer poco, también es necesario hacer hincapié en que el tratamiento de osmosis inversa es muy respetuoso con el medio ambiente. De hecho, al permitir que no sea necesario comprar agua embotellada que se haya visto sometida a diversos tratamientos de purificación, el impacto ecológico derivado no existe. Además, tampoco se generan envases de plástico que después haya que tirar y reciclar. Para hacer-nos mejor la idea de lo que esto significa, por poner uno de los muchos ejemplos que podríamos exponer, seria el siguiente dato: Durante todo el proceso de fabricación de 1 solo envase de una botella de plástico de 1,5Litros de capacidad, se consumen 120 Litros de agua potable de la red. Y como este, podríamos dar muchos más argumentos de porqué es más ecológico y rentable un tratamiento de Osmosis Inversa de Gamma media - alta que consumir agua embotellada.