Seguro que muchos no nos hemos fijado, pero aunque el agua como tal no caduca, el agua embotellada sí tiene fecha de caducidad. La explicación hay que buscarla en la botella de plástico, no en el agua.
El agua, como tal, está compuesta de elementos que no suponen un riesgo para la salud con el paso del tiempo. No obstante, en el caso del agua embotellada en envases de plástico, es recomendable consumirla en el tiempo establecido por la fecha de caducidad de estos envases.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva tiempo haciendo investigaciones sobre este tema que afecta a todo el planeta. Hasta el momento, se ha concluido que el plástico libera sustancias nocivas, pero que no suponen un peligro para la salud de las personas porque se encuentran dentro del margen seguro determinado. Por eso, a veces, cuando bebemos agua embotellada que lleva tiempo en el envase, notamos un mal sabor.
Aunque el plástico no se descompone con el tiempo, puede desprender ciertos productos químicos, que no está demostrado si son nocivos o no para las personas. Así que, las empresas ponen fecha de caducidad al agua embotellada para evitar este tipo de situaciones o que haya algún problema con las sustancias que se desprenden del plástico con el paso del tiempo.