Los fármacos son sustancias químicas sintéticas o naturales que se encuentran en medicamentos para personas y veterinarios.

Pueden llegar a las fuentes de agua a través de las aguas residuales o por eliminar de forma inapropiada los medicamentos, como tirarlos por el váter. Los productos farmacéuticos se han convertido en una cuestión preocupante para las personas porque podrían llegar a las fuentes de agua potable. Se trata de productos contaminantes y son una grave amenaza para los ecosistemas ya que muchas veces no son suficientemente tratados en las estaciones depuradoras y llegan a los ríos y lagos.

Según el Institut Català de Recerca de l’Aigua, la amenaza ambiental por la presencia de fármacos en ríos y lagos crecerá un 65% hasta 2050 si no se toman medidas para reducir su presencia.

¿Cómo se pueden reducir?

La mayoría de fármacos en el agua pueden eliminarse mediante los procesos de tratamiento de agua potable y aguas residuales. Por ejemplo, con la cloración se pueden eliminar la mitad de éstos, mientras que con otros procesos de tratamiento más avanzados como la ozonización, la nanofiltración o la osmosis inversa se consiguen tasas más elevadas de eliminación. La osmosis inversa es un proceso de tratamiento del agua muy efectivo, llegando a eliminar el 99% de las grandes moléculas de fármacos.

Sin embargo, lo más adecuado para minimizar la presencia de fármacos en el agua potable y reducir la exposición humana a éstos, es prevenir que lleguen al agua. Esto se puede lograr, en gran parte, con medidas preventivas como informar y educar a la población sobre el buen uso de los medicamentos y su eliminación de forma adecuada.

 

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