El agua con cal no es perjudicial para las personas si es en pequeñas cantidades, pero cuando existe un exceso de cal en el agua, aparecen efectos nocivos tanto para nuestro organismo como para nuestra piel y nuestro cabello, además de afectar a los electrodomésticos del hogar.
Si convivimos con un exceso de cal en el agua que nos llega a casa y que utilizamos diariamente, es posible que nos aparezcan problemas en la piel como la dermatitis, que se reseque con más facilidad o incluso podamos experimentar irritación o erupciones cutáneas.
Pero el agua con cal o agua dura (según la OMS, se considera agua dura cuando esta contiene más de 60 miligramos de carbonato de calcio por litro) no solo afecta a nuestra piel. También se ve afectado nuestro pelo, que se debilita y no llega a conseguir el brillo que debería tener justo después de lavarlo. Más bien al contrario: el cabello se reseca y su luminosidad se apaga, al mismo tiempo que se reseca, llegando a romperse frecuentemente.
Además, el hecho de beber agua dura directamente del grifo puede suponer un problema para la salud de nuestro organismo a largo plazo, así como producir piedras en el riñón, aparte de tener un peor sabor que el agua blanda.
Para remediar el exceso de cal en el agua, Aigües Purificades Saludables aconseja el uso de descalcificadoras en el hogar, que sirven para eliminar la cal que se encuentra disuelta en el agua que nos llega a casa.