Los descalificadores colaboran a mantener nuestro hogar libre de cal; nos ayudan a cuidar los desagües y los electrodomésticos al mismo tiempo que se reducen los gastos. Y además, lo más importante, tiene un efecto directo en nuestra salud. La función básica de un descalcificador es reducir la presencia de cal en el agua así el agua resulta más blanda y evita que los electrodomésticos y otros aparatos que podamos tener en casa se estropeen con facilidad, alargando la vida útil de estos.
Además, el descalcificador elimina la cal en el agua pero también aquella cal que se ha ido acumulando durante el tiempo en los electrodomésticos.
Existen dos tipos de descalcificador, aquellos que usan sales y los que no. Los que no usan sales se instalan a la entrada de agua de casa y su mantenimiento es mucho más sencillo. En cambio, los descalcificadores con sales conllevan una instalación más compleja con un mantenimiento más estricto de seguir, y a su vez, el agua resultante es más blanda.
De todos los electrodomésticos que tenemos en casa, el más perjudicado por la cal es la lavadora. Con la colocación de un descalcificador reducimos la cantidad de detergente y suavizante y además, la ropa dura más.
Por su parte, el lavaplatos ya incluye un descalcificador en su sistema, ya que de no ser así poco duraría por las altas temperaturas del agua. A pesar de esto, incluir un descalcificador externo ayuda a que los platos no salgan con restos de cal y que la vajilla tenga una vida útil más larga. Otros electrodomésticos que se ven perjudicados por la cal son las calderas, radiadores, planchas y cafeteras.
El ahorro y la salud de tu hogar es nuestro objetivo así que si todavía no tienes un descalcificador en tu casa, contáctanos, consúltanos y te informaremos de todo.